lunes, 26 de marzo de 2007

Laberinto

No habrá nunca una puerta. Estás dentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
tendrá fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.

Jorge Luis Borges

4 comentarios:

PALA dijo...

¡Carajo!
¡Qué cosa bella!

Siempre dijo...

Teceo, pareciera que un ritmo sincrónico me trae hasta acá y cada vez que vengo las palabras que escoges me dejan pensando, mirando hacia dentro.
Gracias por eso y tu compañía.

Anónimo dijo...

...qué manera de brillar tiene la oscuridad...

Siempre dijo...

Pasaba a saludarte, se extraña su visita.
Un abrazo Teceo