viernes, 29 de diciembre de 2006

Fuego Preso

Buscando este texto encontre a "Siempre el sur", quien hace buen rato lo publicó en su blog y que a mi hace poco me extremeció, ahora, después de pensarlo un rato, creo que no es que algunas cosas te lleguen tarde sino que no estabas preparado para "saborearlas", en todo caso quiero agradecer todas las pistas dejadas por lo largo de este laberinto por un grupo amorfo de seres hermosos que han superado el miedo de exhibir su escencia y así, tal vez sin querer, iluminan el camino para otros.

A todos les deseo que sus vidas estén llenas de SATISFACCIONES Y ALEGRIAS en los días del nuevo calendario que pronto empezaremos a usar.

Teceo

Fuego Preso
por Carmen Maura
Canta Misia

Cuando se nos enciende un fuego preso,
El cuerpo a cuerpo en el que va girando
Hace que en tu fulgor arda mi cuerpo,
Nos calcina, y así nos va matando Esa luz repentina, Quedamos sin aliento
Y justo entonces La sombra se ilumina, Y ya todo es olvido, Tan dulce y tan violento.
La luz agita nuestro ser perplejo
Y somos devastados por sus órdenes,
En tal prisión pierde su peso el mundo
Y las llamas se vuelven fuego preso
Y se van liberando el fuego y el contento
Revolando en un bando
De besos tan sin tiento
Que no sabemos cuándo
Son fuego, o agua, o viento,
Revolando en un bando
De besos tan sin tiento
Que pierden el control

D e l p r o p i o a t u r d i m i e n t o

jueves, 28 de diciembre de 2006

Sin Lengua

¿A donde fue el mundo cuando despegué los ojos del libro?. Esa dulce fuga que me permiten algunas lecturas me produce un sopor del que a veces me cuesta retornar, ¿o no quiero?

¿Qué produjo en mi lo leído? (Sin lengua. V.G. Korolenko, escrito en 1895)

No quiero hacer extractos, aborrezco los resúmenes, solo quiero rescatar algunas sensaciones que flotan como aceite en medio del piélago de lógicas y razones.

Millares de seres humanos han buscado algo similar, siempre: Una casita, unas vaquitas, un terrenito, una mujercita... ¿Por qué para otros es más difícil esa simple ecuación?.

Me acuerdo en este instante de E. Zuleta: “...En lugar de desear una relación humana inquietante, compleja y perdible, que estimule nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar, deseamos un idilio sin sombras y sin peligros, un nido de amor, y por lo tanto, en última instancia un retorno al huevo. En vez de desear una sociedad en la que sea realizable y necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades, deseamos un mundo de satisfacción, una monstruosa sala-cuna de abundancia pasivamente recibida...” (El Elogio de la Dificultad)

Nos aferramos a las nostalgias, siempre queremos volver y olvidamos la razón por la que nos marchamos, lo viejo ha muerto o está muriendo y nos resistimos a ello, por eso repasamos viejos textos, viejas canciones, viejos recuerdos, pero en contra e nuestra voluntad nace continuamente en nosotros algo nuevo, algo que será, seguramente, la nostalgia del futuro.

sábado, 23 de diciembre de 2006

Tu mas profunda piel

Entiendo que en los "blog" uno puede hacer lo que le da la gana, así que tengo ganas de poner aqui, para variar, cositas bien escritas:

TU MAS PROFUNDA PIEL
Julio Cortazar

Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -sábelo, allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equívoca fragancia que deja la pipa, en los dedos y que en algún momento, en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas.

No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacia de tu rostro una máscara de joven faraón nubio. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos. ¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro.

Yo aprendía contigo lenguajes paralelos: el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste " Me da pena, y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro, lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caída desde lo alto o lo hondo, jinete o potro arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto. Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo.

Dijiste "Me da pena, sabes", y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.

Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que una boca buscó la oculta boca estremecida, el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne oculta a la conciencia lo que mueve las más densas, implacables máquinas del fuego. No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo. (*)

(*) Fuente: "Tu más profunda piel", en Ultimo round, Buenos Aires, Ed. Siglo veintiuno editores, 1969, pp.93-96.

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Adivina

Yo no se para quien hizo J. Sabina esta canción, pero me parece que le queda bien a un difunto reciente, que para mi no merece que mencione su primer apellido, que es el más conocido, y menos sus nombres y segundo apellido (Ni riesgos que pondré su asquerosa foto…):

Adivina, adivinanza



Mil años tardó en morirse,
pero por fin la palmó.
Los muertos del cementerio
están de Fiesta Mayor.
Seguro que está en el Cielo
a la derecha de Dios.
Adivina, adivinanza,
escuchen con atención.
A su entierro de paisano
asistió Napoleón, Torquemada,
y el caballo del Cid Campeador;
Millán Astray, Viriato,
Tejero y Milans del Bosch,
el coño de la Bernarda,
y un dentista de León;
y Celia Gámez, Manolete,
San Isidro Labrador,
y el soldado desconocido
a quien nadir conoció;
Santa Teresa iba dando
su brazo incorrupto a Don
Pelayo que no podía
resistir el mal olor.
El marqués de Villaverde
iba muy elegantón,
con uniforme de gala
de la Santa Inquisición.
Don Juan March enciende puros
con billetes de millón,
y el niño Jesús de Praga
de primera comunión.
Mil quinientas doce monjas
pidiendo con devoción
al Papa santo de Roma
pronta canonización.
Y un pantano inagurado
de los del plan Badajoz.
Y el Ku-Klus-klan que no vino
pero mandó una adhesión.
y Rita la cantaora,
y don Cristóbal Colón,
y una teta disecada
de Agustina de Aragón.
La tuna compostelana
cerraba la procesión
cantando a diez voces clavelitos
de mi corazón.
San José María Pemán
unos versos recitó,
servía Perico Chicote
copas de vino español.
Para asistir al entierro
Carrero resucitó
y, otra vez, tras los responsos,
al cielo en coche ascendió.

Nunca enterraron alguno

Conocido tan alto honor

DAR SEPULTURA A QUIEN ERA

SEPULTURERO MAYOR

ESE DIA EN EL INFIERNO

HUBO GRAN AGITACIÓN

MUERTOS DE ASCO

Y FUSILADOS BAILABAN

DE SOL A SOL

SIETE DIAS CON SIETE NOCHES

DURÓ LA CELEBRACIÓN

EN LEGUAS A LA REDONDA

EL CHAMPAN SE TERMINÓ

COMBATIENTES DE BRUNETE

BRASEROS DE CASTELLÓ

LOS DEL EXILIO DE FUERA

Y LOS DEL EXILIO INTERIOR

CELEBRABAN LA VICTORIA

QUE LA HISTORIA LES ROBÓ

MAS QUE ALEGRIA LA SUYA

ERA DESESPERACIÓN…



Como ya habrá adivinado,
la señora y el señor,
los apellidos del muerto
a quien me refiero yo,
pues colorín colorado,
igualito que empezó,
adivina, adivinanza,
se termina mi canción,
se termina mi canción.

domingo, 17 de diciembre de 2006

Una carta


N

Que largo se hace esperar tu otra carta, tendré que escribir esta sin saber lo que piensas de la última.

Tal vez este sea el encanto de esta forma de comunicarnos, cada pensamiento madura y crece a su propio ritmo, sin que lo acose la velocidad de conexión o la banda ancha.

Las cartas en los tiempos del email no son un anacronismo, como no lo es el columpio en los tiempos del X-Box, ni la luz de la luna en los tiempos de Neón.

Si uno lo piensa bien, no hemos cambiado tanto desde cuando vivíamos en las cavernas, nos enamoramos igual. ¿Acaso esa mavarillosa sensación la inventamos los hombres?

Se me antoja imaginarme en esos tiempos, a estas horas, antes de salir de cacería, mirando tu rostro complacido, dormida cerca de las brasas de la hoguera de anoche, soñando con los cuentos que te invento del futuro.

H

Inventarios

Son inevitables por estos días los balances y como no tengo ánimos ni razones para resistirme a la inercia de la época, opto por algunas buenas fotos que hablan por si mismas.

Aclaro que en mi mente hay innumerables “imágenes” de montones de momentos maravillosos e irrepetibles que no contaré por varias razones:

1- No han inventado el cable para “bajar” al computador los recuerdos (vi uno en Matrix, pero no se consigue en el mercado)

2- Me declaro incapaz de describir con justeza la mayoría de momentos gloriosos de la existencia, ¡¿Cómo decir el sabor de unos labios nuevos…?!

3- Existe el “riesgo” que otros lean esto, por eso prefiero guardarme los inconfesables que son, justo, de los que más orgulloso me siento.

4- Los malos recuerdos: tristezas, angustias y decepciones están en la “papelera de reciclaje”, en algún lugar del cerebelo, y no tengo intención de “restaurarlos”, por el contrario preferiría saber como se eliminan definitivamente… Pensándolo bien, mejor los dejo por ahí, “aquel que pide olvidar es un ciego con miopía”, ya creo entender porque: para contraste con lo que nos hace plenos.

Por otra parte la “contabilidad” no funciona para lo importante.

¿Cuántos amigos?, ¡NO!, ¡Qué amigos!, tanto los nuevos como los viejos.

¿Cuántas sonrisas, risas y carcajadas?, ¡NO!, que bien se puede definir en ese lenguaje (sin números) la felicidad.

¿Cuántos asombros?, ¡NO!, vivir vale la pena si puedes maravillarte de lo invisible para otros ojos… labios, oídos, narices…

¿Cuánto aprendí?, Cine, libros, poesía, música, cosas, seres… me van transformando en cuantía indeterminada.

Así que dejemos la “cuenta”, vamos a los totales; El retorno a lo básico: El amor, la amistad, aprovechar la oportunidad de estar vivo. Lo demás… es circunstancial.

Omito, adrede, cualquier Pie de Foto:


















domingo, 10 de diciembre de 2006

La gran Estafa

Lo difícil no es ofrecerle el alma al Diablo, sino que él la quiera comprar. ¡De ahí en adelante sigue el problema del precio!

¿Cuantos años habrán pasado en los que nuestras convicciones eran tan diferentes a las de hoy?, recuerdo haber exclamado con absoluta convicción “…prometo firmemente no volver a pecar…” y no se cuantos pecados me perdí por cuenta de tal jaculatoria.

Durante una importante porción de mi vida estuve inmerso en las culpas, como muchos otros de mi tiempo, aprendí por ósmosis en mi entorno que las tentaciones eran la encarnación misma del mal y la abstinencia era un “valor”, por tanto, ante la imposibilidad de renunciar a los sentidos, el sentimiento generalizado era la culpa.

En ese entonces llegué a creer que uno podría venderle el alma al Diablo y hasta estaba seguro de poder ofrecer un buen precio. Ese ejercicio mental de seleccionar inteligentemente los tres deseos de la lámpara maravillosa funcionaban también para eso de pedir los “poderes” que necesitaría para hacer realidad mis “planes”; sin embargo las “férreas” convicciones me llevaban a descartar ese camino, no fuera que el señor Oscuro tuviera algún poder de leer los pensamientos y hacerme un ofrecimiento difícil de rechazar.

Fue entonces la cobardía la que impidió que mis pecados de “pensamiento” pasaran a ser de “obra” y “omisión” aunque yo prefería pensar que había sido la “fuerza” la que había ganado un adepto para los caballeros Jedi.

La culpa de hoy, si es que hay alguna, es la de no haber sucumbido con mayor frecuencia.

Hoy creo tener más claridad para distinguir la maldad, lo perverso y lo cruel del disfrute sin culpas de los placeres de los sentidos y la inteligencia. Eso, CREO, es lo bueno y pretendo radicar allí mi nueva Fe.

Mi oficio, abogado, está sembrado de ejemplos de maldad, perversidad y crueldad, aunque es necesario aclarar que lo malo o perverso poco tiene en común con la ley y sus prohibiciones.

Otros oficios, tal vez el arte, están más relacionados con el placer, aunque el Oscuro tiene allí también sus sucursales y sus delegados para el mercado: Traficantes, oportunistas, mentirosos, y otros colegas que poco conozco.

Pero volviendo a los negocios, el asunto es que estando predispuesto a lo que antes consideré “pecado” he vuelto a pensar en ofertar el alma, nada mal caen unos pesos por estos días, lo malo es que ya no encuentro comprador, no se si porque el producto ha rebajado de precio o porque definitivamente a quien interesan esas mercancías le ha de parecer que no es buen negocio comprar lo que le pertenece.

En todo caso, si le interesa, no dejamos de hablar…, como se dice la jerga de la compraventa…

Por ahora seguiré pensando en los pormenores de la planeada estafa de vender lo ajeno o, en su defecto, de aprovechar la mercancía al máximo, es decir, ponerle el “alma” a lo que me gusta: Amar con el Alma, Besar con el alma… vivir con el alma a flor de piel.

lunes, 4 de diciembre de 2006

Navidad, dulce navidad


Yo fui aprendiz de alquimista…, en el banco de carpintería de mi abuelo, con un compinche trituramos carbón, nitrato de sodio y azufre y tratamos de reinventar la pólvora, nuestro mayor logro: ¡hacer que los explosivos tuvieran propulsión (y no explotaran) y que los artefactos de propulsión explotaran en el sitio mismo de encendido!

No parábamos de reír con semejante peligro, pudimos incendiar la legendaria casa, pero en fin, o nuestros padres no lo sabían o no creían que fuéramos capaces de fabricar tan letal sustancia, inventada para cambiar los resultados de grandes batallas y capaz de exterminar imperios.

Nos saciamos con explosiones, erupciones y vuelos aleatorios de (¿¡inofensivos?!) misiles… y pasaron los días, pasó la infancia, la adolescencia, el amor, el desamor, los años…, los sueños pasaron a ser otros sueños, hasta este punto…

Ahora la época y el ruido vuelven mi memoria atrás y me declaro absolutamente incapaz de lanzar un “volador”, de hacer que las “Chapolas”* exploten a unos milímetros entre mi índice y mi pulgar, de hurgar con un palito dentro de un “volcán” para que por fin vomite su chorro de luz, de soplar en la punta de un “silvador” para darle ánimos de volar, o de hacer una cadena de “totes” para amarrarle al gato que, espantado, perdería en el espectáculo seis de sus siete vidas (¡Pirotecnica felina!).

Soy todo un cobarde, me volví todo un “papá”, a mis hijos ni las “chispitas”, no sea que se saquen un ojo con esa vaina, y no dejo de sentirme un traidor del jolgorio y la locura que con tanta pasión disfruté.

Entonces vuelvo a lo de la alquimia, la propia, a la pregunta básica de cómo hacer para que el cobre se transforme en oro y viceversa, ¿Cómo un polvorero suicida se convierte en un ser incapaz de jugar con velas?.

Mi primera teoría fueron los hijos, definitivamente ellos nos transforman como el más potente catalizador, pueden arrancar del alma hasta las más profundas convicciones anarquistas. Pero para ser honesto no es fueron ellos, aunque son una buena excusa.

Tratando de usar una búsqueda metódica en mi débil memoria encontré con facilidad el momento exacto en que las explosiones dejaron de significar alegría para expresar Terror: 1990, Medellín, eterna primavera… eterna indiferencia!.

En ese entonces las detonaciones no fueron ningún chiste, uno cerraba las ojos y se imaginaba los cuerpos mutilados, oía las ráfagas y pensaba en el parche de amigos atacados desde el “Renault 12 Blanco” desde el que los policías ejecutaban su venganza… nunca más una explosión significó para mi algo bueno, ahora los “truenos” de la navidad paisa me devuelven el maldito recuerdo de la guerra, por cuenta de aquellos que nunca escucharon ni escucharán la absurda batalla, aunque ocurra en la acera de la propia casa.

Ahora creo que va a ser necesario volver a la alquimia, tal vez sea suficiente un poco de alcohol etílico, o la ingestión exagerada de “manjares” navideños, o talvez baste con la sonrisa de mis hijos para borrar esas amargas sombras de mi memoria.

* (Papeletas, igual en todas partes le dicen distinto, mejor no explico las palabras, no soy capaz)

sábado, 2 de diciembre de 2006

Más sobre la invisibilidad

Los niños lo descubrieron hace mucho, para ser invisible basta con cerrar fuertemente los ojos y para mayor seguridad tapar los párpados con las manos.

Pero no creas, las leyes del universo tienen sus misterios, puedes ser invisible pero nunca podrás ver que eres invisible, así que si abres los ojos de inmediato se romperá el hechizo y todos te podrán ver.

¿Irónico? no, si le preguntas a los adultos lo que harían con el don de la invisibilidad notarás de inmediato un mal brillo en la pupila, la tormenta de “oscuros” pensamientos van desde la infantil travesura hasta la malvada venganza, pasando por todas las perversidades que los hombres podemos imaginar.

Menos mal que somos tan torpes que difícilmente caminamos sin ojos y tan sordos que no podemos ver con nuestros oídos… pues hay muchas cosas que es mejor no saber: ¿Qué oscuros secretos existen en nuestra casa cuando nos vamos?, ¿Seríamos capaces de soportar la evidencia de que el mundo existe sin nosotros?

viernes, 1 de diciembre de 2006

Para memorizar:

“A este mundo vinimos a perderlo todo:
la inocencia, los seres queridos, el amor,
y por último perdemos lo único
que realmente nos pertenece que es la vida,
lo único que nadie nos debe, nos debería
quitar e indefectiblemente tarde
o temprano la vamos a perder.
En este mundo ante la implacable voracidad
del tiempo el erotismo debe compensar
nuestras expectativas vitales
Fernando Calero de la Pava
(El Precio del Placer)

A la Mujer que no tendré…

Lilith

Prefiero unicornios,
Pegasos y
Dragones…

Que caballos blancos,
Busetas
Bombarderos

Morir en tus fauces
Que de sed en el laberinto.

Teceo
Oct 8/05

Por si se me olvida,… lo tengo apuntado aquí

Contar

Tres tragos, dos amigos, un carro,
Tres disparos, dos gritos, un charco,
Tres policías, dos funcionarios,
Un levantamiento, un juzgado,
Dos hojas, tres declaraciones,
Un archivo, un dolor de madre,
Un dolor de padre,
Un dolor de hermano…

Una tumba,
Dos flores,
Una lápida,
Un recuerdo,
Un olvido,

Diez mil gusanos…

Teceo
Octubre 9/90

De árboles y enredaderas



Absortos en nuestras pequeñograndes preocupaciones solemos caminar con paso apurado, cabeza gacha, mirada perdida, tratando inútilmente de estirar nuestros días, horas, minutos, segundos, aferrados a nuestras disculpas… y en esas se nos va olvidando el paisaje… la nube redonda que marcha lenta sin camino, los gorriones a los que no les importa la ciudad, la flor que heroicamente rompe el pavimento…
Nos pasa también con los amigos, olvidamos su presencia, no porque estén ausentes, sino porque nos hacemos invisibles en nuestros asuntos y la invisibilidad solo es posible con la ceguera, así que creemos que ellos igual se han vuelto invisibles.
Pero no, ahí están, ahí estaban mientras andábamos perdidos de nosotros mismos e intuyo que ahí estarán por mucho tiempo, aunque se nos olviden las promesas y nos volvamos a perder irremediablemente.
Pero, mientras, que bueno saber que existen, saber que no nos han abandonado y sentir que el tiempo ha sido un lago tranquilo que uno va pasando… que gusto saber que aquella conversación que empezó en otro siglo seguirá por un buen rato.
Esos árboles del camino, como vos, siguen justificando que nos detengamos a mirarte y maravillarnos de ver que en lo más grueso de tu tronco anida una hermosa criatura que no se quiere ir y que no se irá nunca, no hacen falta artilugios de adivinación para intuir que ese amor se convertido en tu sabia…, y todo a tu alrededor, incluso las enredaderas florecientes! O tantos frutos que con orgullo regalas a quienes te queremos…

“Dios y mi canto
Saben a quien
Nombro tanto…”

jueves, 30 de noviembre de 2006

LOVE IS NOT FOREVER

El amor no es para siempre, pienso que puede ser un ser vivo, tal vez una planta. Los más románticos dirían que una flor; yo pienso que es más bien una especie de hongo venenoso, porque cuando lo ingerimos padecemos alucinaciones y otros efectos secundarios. Se puede incluso morir intoxicado.

Pero en todo caso es posible sembrarlo. Ello no garantiza que crecerá porque dependerá de muchos factores: la tierra en que fue sembrado, el agua y cuidados que se le deparen y mucha buena suerte y buen clima.

Así mismo, como los seres vivos, necesita respirar, crecer y multiplicarse y con toda seguridad morirá.

De muerte natural si se le ha dado buena vida, para transformarse en una especie de comodidad o compañía conveniente, o de grave enfermedad con dolores insoportables si tiene la mala fortuna de no ser correspondido. También puede morir violentamente por algún desengaño... pero eso es muy difícil de escribir.

Todo esto, que no es mas que un ejercicio de redacción, puede calificarse de romántica ilusión, pero es preferible eso, aunque sea una de las especies de mentira, a la aproximación biológica al amor.

Reducir el amor a una simple fórmula química no deja de ser tan triste como pensar en el hombre como una sofisticada máquina de procesar alimentos para convertirlos en abono. Aunque... finalmente seamos eso.

16 de mayo de 2000
Teceo

miércoles, 29 de noviembre de 2006

¿Porque? o ¿Para qué?

Hemos guardado “un silencio bastante parecido a la estupidez”, como dijo E. Galeano, refiriéndose a cosas más dolorosas, o talvez lo estúpido sea habernos acostumbrado a tragarnos las palabras que fueron creadas para sacar fuera del alma los resplandores y oscuridades que, en calidoscopio, componen nuestro ser.

Viejo Pala, otra vez, como en muchas otras tantas, me das una soberana patada en donde sabemos… para despertarme del letargo auto inflingido de “comer callao” y de esperar a que sucedan las cosas que imaginamos, sin prestarles nuestro corazón y nuestras manos para que en verdad existan.

Este asunto de exponer en público nuestros pareceres resulta ciertamente incomodo, pero si uno se concentra en si mismo, y escribe para uno, sin ánimo de vender nada, ni de impresionar a nadie, simplemente de buscarse, se da cuenta al final que no está tan solo.

Para la muestra tu blog, entré después del concierto en Medellín a buscar el cifrado de tus canciones (no están aun), y no me pude despegar hasta agotarme la última letra… pero lo peor (¿o mejor?), por arte del todo poderoso Link, me fui por las ramas de ese árbol que está creciendo alrededor tuyo y leí lo de Piedad (Uffff!!!!), Juan Mosquera (¡Esas son palabras mayores!), Andrés Correa (¿seguro que no es Fito reencarnado antes de muerto?), Alas Moradas (¡¿Quién?!) …, y bueno, me sentí muy acompañado, más aun cuando en cada uno de ellos encontré un montón de ramas nuevas por visitar que, seguramente, me mostraran otros caminos, otras sensaciones, otras opiniones, otra FE.

Esto apunta a volverse una adicción, y la recibo con agrado, aunque sea solamente para escribir, al margen de las palabras de otros, las que a mi me salen cuando los leo.

Teceo

Aqui estoy...

Y bien, otra virginidad perdida... ya veremos si esta brújula funciona

teceo