jueves, 30 de agosto de 2007

Canto poesía

Por no perder la costumbre y

Porque lo leerá quien quiero

“Gracias, mujer por quererme

Y por dejar que te quiera;

Gracias por la primavera

Que tu amor vino a traerme.

Cuando el corazón enferme

De nuevo, amor distraído,

Comprobará mi latido

Que fuiste sola el amor,

Y que todo mi dolor

Renacerá con tu olvido.

Tendré una canción tardía

Para este amor de retardo,

Y el pensamiento que guardo

De otro amor en contravía.

Ni la confianza confía

Ni la fe cree en la fe,

Pero este amor, ya lo se,

Encontrará su manera

De ser amor en la espera

O esperar lo que ya fue…

(Décimas, Manuel Mejía Vallejo – Tomas Latino)

Versión Luís Fernando Franco – Juan Montes

Canta NIYIRETH

sábado, 25 de agosto de 2007

El Amarillismo, la taxidermia y la política

Lo que pensé leyendo a LA IGNORANCIA COMO NEGOCIO en PALABRAS PALA

El culto a lo muerto, la necrofilia, la coprofagia, el morbo sangriento, son, entre otros, gustos que no comparto, es difícil para mi entender el placer de ver cadáveres descuartizados, o aún completos, más aún si son reales y no obras de ficción creadas con fines de generar algo en un espectador

¡Pero como gusta ese producto! Al lado de los ríos de sangre, corren, paralelos, ríos de billetes; es un inmenso y lucrativo espectáculo

Lo más evidente desde luego son los medios que reconocemos como “amarillistas” pero no se puede ocultar que con similares colores -rojo y amarillo- está teñida casi toda esa industria de los “medios”

Lo que vende parece ser el morbo y ¿a que me refiero con esa palabra?

Morbo. (Del lat. morbus). m. enfermedad (ǁ alteración de la salud). || 2. Interés malsano por personas o cosas. || 3. Atracción hacia acontecimientos desagradables. || ~ comicial. m. Med. epilepsia. || ~ gálico. m. Med. Bubas o gálico. || ~ regio. m. Med. ictericia. || tener ~ algo. fr. Producir morbo (ǁ interés malsano). □ V. cólera ~.(Microsoft® Encarta® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation.)

Es la tercera acepción de la que hablo y eso es lo que el gran público compra, es en fin, nuestra propia sombra vergonzosa, ¿Será acaso ese atávico placer de saberse “vivo en medio de tantos muertos”?

Conozco coleccionistas de recuerdos de suicidios, escucho carcajadas alborozadas ante asesinatos y ejecuciones filmados para la amorfa masa de espectadores de Internet, y pienso que no existe ninguna diferencia con los asistentes a las hogueras de la inquisición o a las crucifixiones romanas.

Adoradores de la auténtica crueldad, el irresistible placer del mal, adictos al espectáculo de la muerte

¿Pero de donde esta sensiblería? ¿Será que del constante contacto con las infamias que se conocen a diario de primera mano en los Juzgados me he reblandecido al punto de la putrefacción?

Tal vez otros se momifiquen y endurezcan, alcancen por esta vía la “insensibilidad clínica” de que hablan los médicos, pero a mi me asquean esos horrores; no se me van rápidamente de la retina cuando los veo sin buscarlos

Prefiero el arte o el artificio, aunque sean una mentira, prefiero el sueño o la poesía, así sea al final un claro síntoma de esquizofrenia: La creación de un mundo paralelo, alterno y existente solo para “el enfermo”

Pero como oí decir que la taxidermia también es un arte me pregunté por su probable significado, se trata en principio de trofeos, primero de guerra y luego del cazador o viceversa

Si pienso en trofeos de guerra la horripilante imagen de cabezas decapitadas de campesinos – guerrilleros o no - colgadas en un árbol de la selva de Urabá, que alguna vez escuché en un relato de la guerra en Colombia, me estremece por su extrema crueldad

Solo se me ocurre que esa conmoción puede resulta grata, en sentido figurado: Que tal si las cabezas que colgaran, en una lustrosa sala del senado fueran las de los cientos -¿o miles?- de “lagartos”, como se le dice por aquí a nuestra fauna politiquera especialista en robarse lo público: delincuentes de cuello blanco como se les conoce en el contexto internacional.

Bueno admito que la idea mejora un poquito si cambiamos las cabezas por sus retratos como se piensa hacer en unos cuantos muros de la “infamia” en Bogotá con los delincuentes sexuales.

Aún así no me cuadra el gusto por esa variación de la taxidermia

La razón es muy sencilla, volver a la “Picota Pública”, “El San Benito”, la retaliación o las ordalías, formas antiguas de castigo infamante que demostraron su ineficacia e injusticia a través de la historia

No solo es renunciar a cientos de años de civilización, el tal muro de la infamia es absolutamente inútil y contraproducente: El escarnio público no es ni más ni menos que un espectáculo

Ni los violadores de niños -o de adultos-, cambiarán un ápice su conducta, con ser elevados a la fama por los medios, ni los corruptos administrativos se “santifican” o salen de circulación con el escarnio, por el contrario el efecto es contrario y termina en apología del delito

Nuestra historia reciente nos muestra la reelección por voto popular para condenados por, entre otras, robarse los dineros públicos, es para mi un misterio escudriñar las razones, pero el caso es que termina por rodearlos un aura de mayor apoyo popular, parece que la evidencia de la continua impunidad para unos y otros no hace más que gritar a los cuatro vientos; “Ellos ya lo hicieron y nada les pasó, hágalo usted también, únase a la cruzada nacional, el problema no es robar (delinquir) sino dejarse pillar, el asunto no es violar, sino cuantas veces lo repites y que tan famoso te vuelves impunemente antes de que a alguien le parezca importante

Pero recuerden que en el fondo no se trata de solucionar nada, ni la violencia sexual, ni la corrupción administrativa, se trata de mantener andando una máquina de hacer dinero que no funciona con gasolina, sino con sangre y mierda

Puestos uno seguido del otro, el amarillismo, la taxidermia y la política, nota uno que son de la misma familia: La Infamia

jueves, 9 de agosto de 2007

Ejercicio para una clase de cálculo

Carta para un amigo desconocido,

Profe,

Vos sabes cosas de cálculo, yo - es hora de confesarlo - tengo problemas con la tabla del 7 y lo peor, ya no me la quiero aprender

Pero tu observación y noticia reciente en este blog me ha puesto a pensar en matemáticas, me pregunto por ejemplo por las progresiones geométricas o por los número exponenciales que, según entiendo, son los que se “elevan” a la “n” o “x” potencia…, lo que si se, es que esas cuentas siempre me llevan a proporciones gigantescas, - astronómicas suena mejor, pero prefiero no meterme por ahora con las estrellas -

Explico: Por ejemplo una opinión “x” en este blog es leída por 3 observadores, uno de ellos lo pasa a otros 38 que, con la opinión en cuestión, toman lo que dice y lo que no dice – factor menos uno para el ejercicio - para crear (¿Factorizar?) un propio pensamiento u opinión y cada uno de ellos lo multiplicará por…¿? (¿o será “n”?)

Después algún enamorado dirá a su chica, “…tenemos un profe de calculo rayado, imagínate, hablando de las cortinitas de un bus para jardín…, pero el man es bien, no se le puede hacer la mala con el rector…” y así sucesivamente hasta resolver la ecuación, o reducirlo todo a cero o volverse uno completamente loco

Téngase en cuenta que solo se intentó “despejar” uno de los tres factores – lectores – y que nuestra “área” se limitó a nuestra pequeña provincia – Medellín- sin pretender extendernos a implicaciones “espaciales” más al SUR o a la Capital de la República y sin tener en cuenta los problemas del tiempo y su relatividad…

Y todo eso a su vez viene de la visión de otro que escribió su diario de viaje y me conmovió hasta sacudirme para recuperar el habla…

En fin eso debe parecer un rebuzno para quien conoce el tema de los números, - ahí perdone –

Bueno, mientras espero con una confianza inaudita las 38 “ideas” sobre “instrucciones para subir una escalera”, o por lo menos alguna de ellas, reviso mi propia opinión sobre el poder de las palabras.

Es falso que se las lleve el viento, por el contrario parece ser que una vez dichas ya no nos pertenecen y que solo diciéndolas pueden nacer más

Las palabras dichas en soledad, igual nacen y mueren con la pena de solo conocer a su padre – madre- y a veces consolarlo, otras tienen la dicha de vivir miles de años y que millones las escuchen una y otra vez, tan solo porque su padre entendió que a él ya no le pertenecían y las regaló a los otros, por virtud o por maldad

Además parece que las palabras no siempre significan lo mismo, ni aún para quien las pronuncia.

Gracias profe por regalarme tus palabras, así como lo hacen los otros grandes amigos, -conocidos y desconocidos-; Así es difícil sentirse solo

Teceo

PD: Bueno, como esto no es matemáticas, no existe prueba – que se sepa – para saber si el resultado es correcto

miércoles, 8 de agosto de 2007

Mango con sal

Una opinión y un cuento

¿En que lugar del mundo venden “mango con sal” en medio de un concierto de música clásica? o ¿Dónde venden “tamales calientes” a la salida de un concierto de música antigua con un grupo como “KALENDA MAYA” o uno de arias para bajo con “VALERIANO LANCHAS”?. Respuesta: En Medellín

Advierto que esta no es una apología de la “pujanza paisa”, mito ridículo que suele ocultar (o disimular) nuestros vicios, antes que destacar nuestras reales virtudes

Tampoco es una crítica a la presencia de esos humildes hombres que así se ganan el sustento, vendiendo cualquier cosa en donde sea que alguien les compre.

Aunque a algunos les suena a chiste, para mí se trata de una demostración de que el arte, la cultura y la educación pueden ser el eje adecuado de la administración de una ciudad y porque no, hasta de un país.El evento: Parque Cultural Nocturno “Música Clásica”

LUGAR: Parque de los Pies Descalzos (Medellín – Antioquia)

HORA: 6:00 p.m. a 11:00 p.m.

GRUPOS: Ensamble 6/4 – Kalenda Maya – Vocalicceto – Ballet Clásico con Carolina Correa – Teresita Gómez – Conjunto de Cornos – Valeriano LanchasBanda Sinfónica Juvenil de Medellín.

Se trata de la repetición, mejorada, de una primera experiencia de un “tablado popular” donde se escuchan propuestas alternativas a las que se suelen oír en las verbenas y carnavales de nuestro país.

Pero una cosa es ver la programación que por estos días se celebra en esta ciudad y otra asistir a los espectáculos y sentir una plaza llena de gente en un bello acto de Paz: Apreciar el arte.

Algunos hechos hacen creer a los incrédulos, por eso quise hablar del “Parque Cultural Nocturno”, me recordó la necesidad de dejar el pesimismo para mejores épocas, como dijo algún sabio.

A mi modo de ver esta es una demostración de que con los dineros públicos si se puede hacer lo correcto: Apostarle a la cultura y la educación como senda de mejores tiempos.

¿Si una ciudad puede dar muestras de transformación, será posible hacerlo más en grande?

Bueno, digo yo, como dice un amigo,

El cuento:

Mango con Sal

Fue una fresca noche, la ciudad parecía estar a gusto con sus hijos que por lo menos por ahora parecían, de nuevo, hermanos…

El escenario estaba preparado, por fortuna con las mismas exigencias de cualquier tablado con orquesta de moda: luces, poderosa amplificación, presentadores adecuados para el espectáculo, sillas suficientes para casi todos los asistentes, público que colmaba el espacio y en general orden y silencio para los artistas.

Doña Hortensia miraba con ojos inquisidores la muchedumbre mientras decía a su hijo ciego “Que botadera de plata esa de estar poniendo bibliotecas en esos palomares, esa gente por allá no lee…”, logró apoderarse de un par de sillas desocupadas y con aires de realeza tomó asiento con su vástago.

No dejaba de incomodarla que el concierto fuera gratis, que no hubiera control de entrada y que los funcionarios de policía ejercieran su presencia con moderación, pues no se dedicaban a “raquetiar” a los barbados y mal vestidos, como suele ser su oficio.

No soporto su olor a naftalina y su traje negro así que me alejo un poco para sofocar mi rubor ante la blasfemia del esperpento, lamento no poder acusarla de brujería a la Santa Inquisición, tal vez en otros tiempos…

Me quedo cavilando en eso de poner los libros en donde se necesitan: las manos de todo el que los quiera leer, ¿Cómo puede alguien oponerse a una idea tan noble y excéntrica para el actuar a que estamos acostumbrados de lo políticos?

El comienzo del concierto estuvo acompañado de gran alborozo del público, la gente, sin distingo alguno fue conmovida por el poder de la música, no importó de que sector de la ciudad viajó para ver esto, ni tampoco el estrato - Así se le dice por aquí al valor del recibo de servicios públicos como falso signo de mejor condición social -

La música ahogó mis pensamientos, desfiló el Jazz, los aprendices de Teresita Gómez, ella misma conmoviendo con su mera presencia, la maestría vocal del grupo Vocaliceto precediendo a Valeriano Lanchas y su poderosa voz, - un rugido reconocido en todo el mundo -, luego unos locos disfrazados de hace siete siglos de instrumentos antiguos - con “autentica tripa de gato”, según el presentador- conmueven a todos por su honestidad, ballet y los prodigiosos niños-jovenes músicos que tocan lo que no se escucha en la radio

Doña Hortensia de vez en cuando aflojaba su agria cara de amargura al penetrar en ella algunas melodías, pero rápidamente recordaba que estaba en público, aunque nadie la veía y volvía a su pose de provecta dictadora, solo algo podía empeorar el gesto: El asco, que sentía cuando pasaba por sus alrededores un humilde muchacho ofreciendo sus “mango con sal”.

El evento se prolonga más de lo programado, no por retrasos, si no por un comportamiento inverosímil del público: A coro, como si fuera consigna municipal, no tiene ningún recato en exigir al artista en turno “otra” y “otra más”, sin importar que lo que se escucha sea del siglo XII, de algún anónimo Napolitano, que los interpretes no sean los que se ven en los “Poster” de moda o no salgan en las carátulas de los cuadernos, piden “otra” y “otra” por la simple emoción de sentir a un artista que se entrega en cuerpo y alma a su oficio

Cuando finaliza el programa ya ha cambiado la fecha y aún se encuentra un importante grupo de entusiastas con lustrosas sonrisas, secretas satisfacciones de haber encontrado algo nuevo esta noche, aunque sea tan viejo.

Doña Hortensia y su hijo ciego transitan lentamente por una esquina de la plaza…

A los asistentes al concierto no les importó doña Hortensia y menos su repulsión por los pobres, ella realmente no existía, alguien me contó después que lo que vi fue un fantasma del pasado, de los tiempos de un tal Coriolano Amador, rico terrateniente que como dos siglos antes fue dueño de todo el espacio donde ahora se celebraba un reencuentro con el arte… aunque a él le decían el “burro de oro”, una amarga concubina despreciada por haber traído un hijo ciego y que solo se aparece a los insomnes melancólicos.