domingo, 11 de marzo de 2007

Percutir

Cuenta la leyenda familiar que cuando yo tenía como tres años y mi hermano como cinco, nos llevaron a un desfile, había una banda de guerra y los dos marchamos felices al ritmo del pelotón marcial; la experiencia nos dejó tan impresionados que al regreso a casa ya teníamos definido nuestro destino: cuando grandes yo iba a ser “tamborero” y me hermano “pitaor”, esas nuevas palabras no se le olvidaron nunca a mamá aunque a nosotros se nos pasó el entusiasmo, es más yo no recuerdo esa experiencia, mis padres si, y desde luego incumplimos la promesa.

El cuento es que mientras crecimos en mi helado pueblo reincidimos en varias ocasiones en nuestros proyectos musicales, recuerdo una vez que nos ganamos una pela porque montamos nuestra propia batería, desde luego, la de cocina, el caso es que le apachurramos las tapas a unas ollas de mi mamá y le hicimos unos cuantos chichones a los respectivos recipientes, nos costó unos correazos pero pasamos de lo lindo, no me acuerdo del dolor, sino de la alegría.

De niño yo le daba a todo, creo que así son todos los niños, oía el caer del agua en el tanque del patio porque la canilla estaba mala y le ponía cositas para que sonara distinto, la cuchara y el plato, el lápiz y la mesa del comedor eran mis instrumentos musicales cotidianos mientras hacía las interminables tareas y lo mejor: machacar tapas de gaseosa para hacer panderetas y otros objetos de “percusión menor”…

Eso es percutir, es sentir o inventar el ritmo, pero sobre todo jugar y divertirse.

Volví a sentir esa fascinación por la percusión anoche, con las explosiones y metrallas de sonidos rítmicos, la felicidad del juego, la risa fácil de niño que nos arranca por más seriote que uno ande con sus cosas de adulto, la magia de la danza y la luz parpadeante y sincronizada como una baqueta más en las manos de un genio del ritmo.

Si pueden, no se pierdan MAYUMANA, eso es sencillamente ¡EXTRAORDINARIO!

P.D: Entre los 5 o 6 amigos que eventualmente leen este “coso” hay una batera, espero no te enojes si mi descripción es ofensivamente simple, de verdad pienso que la percusión es un arte, solo una artista sabría decirlo apropiadamente: VOS

10 comentarios:

PALA dijo...

En nuestro helado pueblo, recuerdo haberte visto por primera vez, en medio de instrumentos musicales.
Lo haz dicho muy bien: se trata de divertirse.
Por eso -porque he sabido siempre que la música está dentro de vos- es que celebro tus encuentros con eso que te apasiona, que nos apasiona, que nos hizo coincidir y que sigue haciéndolo, ahora que los lazos van mucho más allá de los sonidos.

lunilla dijo...

son geniales, hace poco tuve la suerte de verles.
saludos.
Blue

juan dijo...

...no sé qué dirá aquella hada madrina llamada amoabatera sobre el oficio de percutir pero es cierto que allí, entre dos tapas de cocina, yo también tuve mi descubrimiento al que dios bautizó -luego lo sabría- como rockandroll. un instrumento que se siente con las visceras y con el alma lleva el ritmo del beat del corazón...

Blood dijo...

En mi vida la música es un pilar fundamental, es la válvula de escape del mundo. De hecho en el patio trasero (otro de mis blogs) todos mis post terminan con covers que grabo y a los que cariñosamente llamo "rebuznos"; actualmente estoy poniendo listas de dichos covers para que mis lectoauditores voten por la menos peor en cada categoría, y todo ello con un solo fin, el que tú tan bien describes: divertirse.

Saludos sangrientos

Blood

Lucia dijo...

Sabes no todos tenemos el don de hacer música, algunos sólo podemos escucharla y disfrutarla. Yo soy así. Disfruto el escribir y el leer.
Besos

Siempre dijo...

Yo tengo un música en mi vida gracias a otros que tienen el don.La forma en que lo describes me hizo desear seguir escuchando que creo es mi don.
Besos

Anónimo dijo...

yo siempre he sentido una energia extraña al escuchar todo lo que tenga que ver con la percusion .. es algo que no me he podido explicar pero es como si un demonio - ah pero bueno - claro que ahora que recuerdo esta semana mi hijo me dijo una cosa es bueno y otra rico, jajajaj me dijo tu puedes ver algo y decir que esta bueno pero si lo pruebas es posible que no sea rico .. asi que aprendi que es mejor decir que esta rico porque lo rico esta bueno y rico jajajja - asi que el demonio que entra en mi esta rico - jajajajj me posee y voy teniendo movimientos no se yo puedo decir que sensuales de lado a lado de frente y atras yo supongo que eso es lo que sucede cuando los negros en esas noches de luna llena se daban cita en la playa, hombres semidesnudos aun sudorosos, su piel brillando y mujeres que se van contorcionando al ritmo de la percusion de membranas - estoy segura que llevo una de esas negras dentro de mi además del demonio rico !!!- y quien no ha hecho percusion de laminas ?? jajajajaj oye Hernan esa foto esta preciosa y me encanta que nos permitas conocer tus raices musicales !!!

Nazlhy

Agustina dijo...

A mi me encanta la música (pero no los tarrientos eso sí, aunque escuchandolo bien capaz que si me gusten), el caso es que sólo sin música no podría vivir (además que siempre ando cantando).

Me recordaste los tiempos que martillábamos las tapas de botellas para hacer panderos. Mi papá llevaba el ritmo en la sangre. Siempre tomaba las cucharas y sacaba unas melodías encantadoras. A mi me gustaría poder tocar un instrumento, es mi sueño incompleto. Me gustaría aprender a tocar piano y dejarme llevar por lo que mis manos quisieran tocar. Así como me gusta escribir que cuando lo hago me dejo llevar.

Me gustó tu post. Me trajo recuerdos lindos.

Besos.

Anónimo dijo...

En la vida, uno siempre olvida lo que realmente es importante, las cosas bonitas, las maravillas que siempre nos han pertenecido, y ocasionalmente olvidamos que existen. Se olvida lo maravilloso que es reir sin motivo, lo lindo que es tirarte al piso a jugar y compartir todo, y darl el valor que se merece, incalculables momentos se nos han pasado, pero cuando llega el momento de recordarlos, nos damos cuenta de todo lo que hemos perdido, la candidez de la inocencia, la felicidad de estar alli y ser niño, vivir, y asi sentir y pensar siempre, dejar que la vida nos muestre lo dulce no lo amargo, yo vagamente recuerdo cosas de mi infancia, solo se que fui muy feliz, y que a cada instante estaba acompañada de amor y de igual manera vivi, con todos y cada uno de los seres que mas he amado, lastima que en ocasiones uno pierda, y ese perder no es el fracaso, porque de cada uno de ellos uno se repone, pero el perder la vida, los minutos, los instantes, los segundos, los hermanos, los amigos...
No quiero perder este momento ni mucho menos perder la alegria de conocerte!!!

Andrés Correa dijo...

Tiempo sin pasar por aca y mucho mas aun sin asomarme por esas épocas de las baterías de cocina -aunque en mi caso eran una lampara (platillo)y un monton de tarros de galletas y de envases de cremas- Que bueno eso de que uno no se acuerda de la pela pero si de la alegría. Sería un digno pilar para cualquier filosofía.