viernes, 14 de marzo de 2008

Las reglas

No tengo los datos suficientes y confiables como para afirmar, sin otro respaldo que el idealismo, que sujetos como Gonzalo Rodríguez Gacha, Pablo Escobar, Raúl Reyes… y otros cuantos similares, no se merecían la muerte violenta que padecieron; seguramente que su exclusión definitiva de este plano de la existencia era ineludible.

Lo que si tengo claro es que sus “bajas” fueron cuidadosamente planeadas por funcionarios encargados de esos menesteres, tal como ha ocurrido en casi toda la geografía mundial, basta documentarse sobre los asesinatos selectivos del estado Israelí (Caza de Nazis), los trabajos especiales de los Rusos (Leon TroskyTrosky es un buen ejemplo) y ni que necesidad hay de mentar a los gringos y sus excelentes pupilos latinoamericanos de la “Escuela de las Américas”.

Ahora bien, si es el asesinato una actividad estatal, no debiéramos dejar de mentirnos sobre aquello de que está proscrita la pena de muerte en nuestro país (según un librito que se llama Constitución Nacional de Colombia)

Por lo que se oye por acá ese tipo de homicidios, o el cometido por un guerrillero que traicionó a su comandante y lo asesinó a mansalva (Por precio, en condiciones de inferioridad… circunstancias agravantes del Homicidio en Colombia) está bien visto, no merecen reproche público, por el contrario son motivo de recompensa y alborozo y dignos de ejemplo para las nuevas generaciones, por tanto no deben ser objeto de castigo o sanción penal, según dicen en público, los más altos dignatarios de la justicia.

Hace rato que sostengo que “la pena de muerte en Colombia debiera ser abolida” a mis amigos les consta, sin embargo estoy empezando a pensar que sería más fácil reglamentarla que prohibirla.

Si nuestra sociedad decide matar a sus enemigos como forma de mantener el “statu quo” por lo menos debiera de garantizarles un juicio “justo” a los condenados.

Estoy seguro que se harían largas colas para cubrir la nueva vacante de VERDUGO, en los tribunales.

3 comentarios:

d1eg0 dijo...

ey!, ni pena, ni muerte. ¿enemigos de la sociedad?, todos al fin y al cabo... hasta donde vamos a llegar?, ¿qui¿en sabe?, un abrazo señor sin nombre o bueno Teceo, que este bien

PALA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
PALA dijo...

..¿nadie entiende mi querido hermano, que en algo deberíamos diferenciarnos de los que llamamos asesinos para, precisamente, poder llamarlos así?.
No parece que al alguien le preocupe.
Bueno, te preocupa a vos.
Y yo a vos te creo.
Y te quiero.
¡Me encanta reconocer que la esperanza puede llevar el nombre de los que quiero!
Ojalá mi país tenga un futuro mejor del que parece merecerse.