Me refiero desde luego a este que no tiene nombre, este que vemos un rato mientras nuestra nave común gira sobre si misma y, aunque rara vez miro esa estrella, parece muy importante recordar y festejar cada una de las vueltas que los seres humanos completamos.
La clave está en empezar a contar desde el instante que abandonas el vientre, claro, si te mueres pierdes la cuenta…
La efeméride de mi acontecimiento obstétrico, o por lo menos del único común con mi madre.
Razón importante, dicen, para preguntarse:
¿Qué tal el viaje?
¿Cambió el paisaje?
¿A quien conociste?
¿Valió la pena?
¿Quieres dar otra vueltica?
Mis respuestas:
1- Bien, suave, sin exageradas turbulencias, pero suficiente emoción
2- Hubo ligeros cambios, los más relevantes fueron internos.
3- A gente indispensable, ¡y volvieron otros!, (¡Que suerte!)
4- Definitivamente si
5- Claro que sí, estoy dispuesto a pagar cada uno de mis pasos.
3 comentarios:
Estoy de acuerdo con tigo, cuando hablas de que vale la pena, vale la pena cada instante que compartes y vives, aunque en ocasiones te des cuenta que la vida no es como siempre no la pintaron, lo bonito, lo feo, siempre pasa, pero de todo aprendes.
Lo más importante es abrir los ojos despues de cada vuelta y darte cuenta que siempre hay motivos que nos animan a seguir dando vueltas en este mundo, y dejar legados de vida, de amor!!!
Tienes que avisarme el día eh, para hacer un brindis en tu honor.
Que bien que puedas evaluar estos años así.
Da gusto leerte.
Un abrazo querido Teceo.
¡Yo brindo desde ahora! ¡También se acerca el cuierre de la mía! Así que ¡salud! Y toda la felicidad TE-de-CEO.
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